20 Jun “Un aceite de oliva virgen o virgen extra es, por definición, un producto que se merece estar identificado en las mesas de bares, restaurantes, hoteles, etc.”
Fernando Ortega, gerente de Iloveaceite y productor del virgen extra homónimo, lamenta la fatídica decisión de Bruselas de paralizar la normativa que pretendía obligar a los establecimientos hosteleros a presentar el aove en envases irrellenables y debidamente etiquetados. Tan “claro” y cercano como siempre, Ortega asegura que la retirada de esta medida responde a las presiones ejercidas por el sector del aceite de oliva y sus poderosos lobbies.
El pasado 14 de mayo, 15 Estados miembros mostraron su respaldo a la propuesta de la Comisión Europea de prohibir el uso de aceiteras en los bares y restaurantes de la Unión Europea. Unos días después, el comisario Europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, Dacian Ciolos, comunicaba su decisión de dar marcha atrás a la medida, alegando discrepancias con consumidores y profesionales del canal horeca.
Como productor de aceite de oliva virgen extra, ¿qué opinión te merece esta medida?
La eliminación de las aceiteras rellenables es una medida que veníamos pidiendo desde hace mucho tiempo. Un aceite de oliva virgen o virgen extra es, por definición, un producto que se merece estar identificado en las mesas de bares, restaurantes, hoteles, etc.
Pero es obvio que el sector del aceite de oliva -y sus lobbies- es muy poderoso y, precisamente, es el menos interesado en que se implante la legislación, que restaría protagonismo a los verdaderos reyes de esas aceiteras rellenables: las mezclas, los desodorizados, etc…
De aprobarse finalmente la normativa, ¿en qué sentido crees que beneficiaría al sector oleícola? ¿Y a los consumidores?
Si se aprobara la normativa, cosa que ya dudo, por fin sabríamos qué nos ponen en los establecimientos hosteleros. No ya por higiene, sino porque un país productor de aceites, que no de aceite de oliva, y cada día de mayor calidad, no debería ni plantearse hacer lo contrario. Bien es cierto que hace años que debería de existir una norma nacional que así lo recogiera.
Fuente: Ideal.es
Por tanto, habrá que seguir batallando, como hasta la fecha, por distinguirnos y por agotarnos hasta la extenuación para conseguir que, de una vez por todas, a las cosas se les llame por su nombre.
Solo apostando por la calidad, reforzando la profesionalidad y poniendo en valor nuestros mejores zumos de aceituna conseguiremos que el consumidor huya de esas “pajas mentales” tan típicas del sector del aceite de oliva, gravemente afectado por la falta de dignidad y vergüenza.
Sorry, the comment form is closed at this time.