08 Sep Residuos de olivo incrementan la concentración de nutrientes en el suelo
El alperujo es un subproducto que se obtiene tras la extracción de aceite de oliva, en concreto, la mezcla de aguas de vegetación o alpechines, partes sólidas de la aceituna (hueso, mesocarpio y la piel) y restos grasos.
En la actualidad, este subproducto de la aceituna es utilizado en algunas plantas energéticas para generar energía eléctrica, más no en la agricultura donde -por su alto costo de manejo y disposición final- se elimina o reutiliza para aplicar al suelo.
A raíz de lo anterior, y dado que en la provincia de San Juan, Argentina, los suelos en que se desarrolla la actividad olivícola suelen ser susceptibles a procesos de degradación y poseer bajos índices de materia orgánica, un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria [INTA] decidieron indagar en los efectos que el alperujo podría tener en los suelos.
Y es que algunos antecedentes sugerían que la aplicación directa de alperujo representaba una alternativa ecológica para aumentar los niveles de materia orgánica y nutrientes del suelo, sin afectar su calidad. No obstante, y pese a que es una práctica muy difundida en dicha región, Pablo Monetta, investigador del INTA San Juan, destacó que no existían datos locales de los efectos de estos desechos sobre el suelo, ni normativas o recomendaciones con respecto a la forma y dosis de aplicación, el manejo posterior del suelo enmendado o el tipo de cultivo en el cual podrían ser aplicados, señala INTA Informa.
En esa provincia, las plantas elaboradoras de aceite de oliva procesan entre 40 y 60 mil toneladas de aceitunas cada temporada, donde cada 100 kilos del fruto molido se obtienen 15 de aceite y 85 de alperujo, el cual puede considerarse un insumo estratégico.
A raíz de un ensayo del INTA San Juan, realizado en suelo franco arenoso, con olivares de diez años y riego por goteo, se determinó que la aplicación controlada de alperujo incrementó los niveles de materia orgánica en un 83% y la concentración de nutrientes [nitrógeno en 78%, fósforo en 70% y potasio en 124%], todos elementos movilizados mediante el agua de riego.
“Trabajamos en la reutilización de este residuo ya que representa una alternativa ecológica que, además, incrementa los niveles de materia orgánica y nutrientes del suelo, sin afectar su calidad”, expresó Monetta.
“Aplicamos 40 toneladas por hectárea de alperujo, en forma superficial sin posterior incorporación al suelo, para que los resultados obtenidos sean comparables”, afirmó a INTA Informa.
Del mismo modo, el investigador señaló que además del incremento observado con los nutrientes del suelo, aumentó el contenido total de microorganismos y la actividad de enzimas asociadas a los ciclos de carbono, nitrógeno y fósforo, agregando que también “observamos ligeros incrementos de nutrientes foliares, mayor crecimiento vegetativo y no existieron cambios en parámetros reproductivos”.
Actualmente, el INTA junto con la Secretaría de Ambiente de San Juan, buscan generar una normativa para reglamentar la aplicación controlada de alperujo para el desarrollo sustentable de la olivicultura regional.
Fuente: Infocampo Argentina
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