25 Abr Pacto de paz en el aceite de oliva
La entrada del aceite de oliva en la alimentación en numerosos países ha sido una labor de muchos años y de campañas de promoción como la que en la década de los 80 llevó a cabo el Consejo Oleícola Internacional (COI) enfocada en conseguir el reconocimiento a un producto emblemático por sus cualidades saludables y organolépticas.
Así, inició Sara Baer-Sinnot, Presidente de Oldwaysm su intervención en el pasado Congreso Internacional NYIOOC que se celebró en Nueva York, que se centró enla importancia de la dieta mediterránea y su relación con el aceite de oliva virgen extra.
Para Baer-Sinnot, es importante destacar que gracias a los avances científicos la presencia de las grasas en la alimentación humana ha sido un tema que ha preocupado mucho a los médicos y nutricionistas. De hecho, en la década de los 90 se produce una cierta revolución contra las grasas animales y se inician las campañas “Low Fat” donde se comienza a hablar de nuevos etiquetados en los alimentos, dando una mayor importancia a los ingredientes de lo que se come.
Pero fue en 1994, cuando se introduce oficialmente la pirámide Mediterránea, cuando comienzan los numerosos cambios en las cultura de los distintos países.
A lo largo de todos estos años el aceite de oliva ha sido como un catalizador que ha sido capaz de adaptarse a las culturas, las tradiciones gastronómicas y los modos de vida de los cinco continentes.
Pero nos queda un gran paso que dar. Sería de gran importancia que Estados Unidos y Europa hiciesen un gran pacto de paz en el que se unificasen los mensajes que se transmiten al consumidor sobre el aceite de oliva (sus propiedades saludables, sus bondades gastronómicas, sus distintas calidades y variedades), destacando sobre todo los aspectos positivos y huyendo de las connotaciones negativas que perjudican la imagen y el desarrollo de este maravilloso producto a nivel mundial.
Fuente: Olimerca
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