17 Ene Otros usos de los aceites y sus secretos
178Los aceites se pueden extraer tanto de la semillas –por ejemplo, linaza o maravilla– como del fruto, como en el caso de la oliva. El detalle más importante al momento de elegir el aceite, y para que se puedan aprovechar todas sus propiedades, es que éste debe decir en su etiquetado “prensado en frío”, porque de esta manera se asegura que el aceite guarda las mismas características biológicas que su fruto o semilla original.
Si no es prensado en frío significa que tiene un proceso en donde se calienta y lava con solventes derivados del petróleo, lo que lo transforma en una sustancia desvitalizada, otorgando sólo aporte calórico y, muchas veces, perjudicial para la salud.
Las principales propiedades nutritivas de los aceites son que en general contienen gran cantidad de vitamina E, tocoferoles (vitamina antienvejecimiento) y de ácidos grasos poliinsaturados, como el Omega 3 y Omega 6.
Conoce los otros aceites que han entrado fuerte no sólo al mundo gourmet, sino cosmético e incluso terapéutico.
Aceite de Coco. Conocido como el “árbol de la vida,” o “farmacia en botella” por los innumerables beneficios para la salud, dentro de lo más destacable –nutricionalmente hablando– es que aumenta significativamente el sistema inmune y además acelera el metabolismo, ayudando a adelgazar. Posee grasa saturada de origen vegetal, pero al ser de “cadena corta” en su estructura química no tiene los efectos nocivos que tienen las grasas saturadas de origen animal, que engordan y suben el colesterol. De hecho, el aceite de coco ayuda a subir el colesterol bueno. Posee ácidos grasos como ácido láurico, que sólo podemos encontrar en la leche materna. Estos ácidos grasos elevan poderosamente el sistema inmune, actuando como un verdadero antivirus, antihongos y antibacteriano, que es lo mismo que hace le leche materna a un lactante. Acelera el metabolismo, ayuda a perder peso y a superar enfermedades de la tiroides, estabiliza los niveles de azúcar en la sangre (diabetes), entrega mucha energía al cuerpo y además funciona como un antioxidante. Tiene una estructura molecular muy pequeña, lo que hace que penetre fácilmente las fibras del cabello, hidratándolo desde adentro hacia fuera; además es muy beneficioso para masajes contra la caspa y hongos del cuero cabelludo en general. En la piel sus ácidos grasos humectan, actúa como antienvejecimiento y también tiene protección solar natural, eliminando en casi un 20% los rayos ultravioleta.
Aceite de Argán. También conocido como “oro líquido”, proviene de Marruecos, de un árbol muy antiguo que estuvo a punto de extinguirse. Por eso su producción es reducida, lo que hace que sea un aceite relativamente caro. Tiene gran cantidad de tocoferoles, que son potentes antioxidantes, lo que ayuda a la elasticidad de la piel, previniendo arrugas y estrías. Suaviza, hidrata, oxigena, y previene la sequedad de la piel. Y no obstruye los poros, por lo que es recomendable incluso en pieles con acné. Debido a su cantidad de vitamina E se puede usar en quemaduras solares o irritaciones cutáneas. Es ideal para aplicar en uñas quebradizas y contra el cabello seco y dañado, ya que sus componentes ayudan a la producción de queratina, componente esencial para la piel, pelo y uñas. Para elegir un buen aceite de Argán hay que fijarse que no tenga olor a tostado ni a cabra, sino ningún olor en particular. Su apariencia es de color dorado, y su penetración en la piel debe ser muy fácil, sin dejarla grasosa.
Aceite de Chía. Es la fuente vegetal más alta de Omega 3, por lo que ayuda a la presión sanguínea, enfermedades cardiovasculares, regula el colesterol malo y los triglicéridos, tiene acción antiinflamatoria y regula el sistema inmunológico. Tiene aminoácidos esenciales, por lo que ayudar a regenerar tejidos y en diferentes etapas del crecimiento. Se han visto efectos positivos en el sistema nervioso central, promoviendo la capacidad de concentración y bajando la hiperactividad, por lo que es recomendado para niños en edad escolar.
Aceite de Oliva. Debe consumirse el extra virgen prensado en frío. Tiene un sabor particular y color dorado verdoso, ayuda a la salud del corazón, a reducir el colesterol, beneficia el sistema digestivo estimulando la secreción de bilis, ayuda contra el estreñimiento, regula el metabolismo, contiene vitamina E por lo que es antioxidante, y ayuda a prevenir el cáncer de piel, mama y de colon. Ayuda a la hidratación y elasticidad de la piel, a regenerar uñas y pelo. También se puede usar como desmaquillador de ojos.
Aceite de Almendra. Su uso es principalmente en la piel, ya que tiene propiedades muy emolientes, hidratantes, y es inocuo, por lo que está recomendado para cualquiera, incluso niños y bebés. Por esta razón en cosmética se usa como aceite base o vehicular de las cremas y preparaciones. También es vehicular para la aplicación de aceites de aromaterapia. La variedad que se puede consumir es el aceite de almendra dulce (la variedad amarga es tóxica), y ayuda contra el estreñimiento, actuando como lubricante y teniendo acción laxante suave.
Aceite de Linaza. Rica fuente de Omega 3 y ácido alfalinoléico, por lo que tiene propiedades antiinflamatorias, disminuye los niveles de colesterol, hipertensión y triglicéridos, y regula el sistema nervioso central. En la piel se recomienda en ungüentos para quemaduras, cicatrices, y ayuda a prevenir la caída del cabello.
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