12 Sep Mejorar la cosecha de aceitunas – Según Ramón Ariel Barros – Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo. Mendoza – Argentina
La cosecha es una labor clave para el cultivo y efectuarla en el momento oportuno influye tanto en la calidad como en la cantidad de las aceitunas, en los costos de producción y en las cosechas venideras.
Hay muchos factores que se deben tener en cuenta y todos están interrelacionados, ya que el fruto debe contener el máximo de aceite posible al tratarse de aceitunas tipo aceiteras o bien con tamaño adecuado en el caso de aceitunas que se destinan para mesa.
Se debe intentar que la planta y sus frutos sufran el menor daño posible, que el costo de cosecha sea bajo y que se obtenga la mayor cantidad de kilos cosechados cumpliendo con los objetivos trazados.
Los métodos de cosecha
Existen distintos métodos de recolección como son el vareo o apaleamiento de ramas, que se realiza utilizando palos de 4 ó 5 metros de largo para golpear las ramas de las plantas, así las aceitunas caen sobre mantos o lienzos que se colocan bajo las mismas. Esta técnica provoca daños importantes a las plantas como rotura de ramitas y yemas, siendo además estas lesiones puerta de entrada de patógenos. Muchas veces los frutos también sufren las consecuencias del vareo.
Otra forma de recolectar las aceitunas es a través de la técnica de ordeñe que consiste en tomar la brindilla (ramitas de un año de edad donde se encuentran las aceitunas colgadas) y deslizar suavemente las manos hacia abajo con el fin de desprender las olivas y depositarlas en morrales que llevan los cosechadores. Esta técnica es la más recomendada para aceitunas con destino a conserva.
Una variante de esta cosecha de ordeñe es la utilización de peines o rastrillos, de distintos materiales, que se pasan sobre las brindillas para quitar las aceitunas de la planta. Esta técnica trae como consecuencia algunos daños sobre todo en las yemas fructíferas si no se realiza con cierta delicadeza. Es de destacar que esta técnica es más beneficiosa para la planta porque no le ocasiona los daños mencionados anteriormente.
Para la cosecha mecánica se han desarrollado varios tipos de cosechadoras. Las vibradoras de troncos son las que tienen uso más extendido en muchos países olivícolas, aunque también existen las máquinas del tipo cabalgante. Este sistema exige una adaptación del cultivo para el ingreso de las mismas.
Costos, la clave para tomar decisiones
Reducir costos en la cosecha es clave en este negocio. Es por ello que cada vez más a menudo se cosecha con el uso de tecnología de mecanización.
Si bien en Mendoza son pocas las explotaciones que recurren a esta forma de recolección, debido a los marcos de plantación antiguos de 10 metros entre plantas y 10 metros entre hilera y tamaño de plantas, las nuevas plantaciones están enfocadas a esta tecnología de cosecha y desde luego a un manejo más preciso a través de riegos presurizados y fertilizaciones localizadas.
Los nuevos emprendimientos, no caben dudas, se deben plantear bajo estos nuevos paradigmas de la mecanización.
Es un deber casi inevitable, en montes olivícolas más antiguos, un estudio de esta posibilidad de adaptación o reconversión a esta tecnología. Se encuentran en el mercado herramientas que mitigan esta ardua tarea como vibradoras de ramas pequeñas o peines mecánicos que disminuyen los tiempos de cosecha.
Es posible que en algunos olivos de muchos años, con troncos muy grandes pero con ramificaciones de sus ramas primarias que forman la copa, se deba disminuir la cantidad de esas ramas y permitir que la máquina vibradora pueda tomarlas y hacerlas vibrar. Es lógico que esto cause una disminución en la producción, hasta lograr un nuevo equilibrio de la planta y pérdidas económicas al productor.
El desarrollo del olivar hacia la mecanización desempeña un papel estratégico, principalmente para reducir los costos de producción y resolver la falta de mano de obra, además de alivianar algunas operaciones de cultivo.
La menor disponibilidad de mano de obra es una tendencia mundial y las perspectivas apuntan a que seguirá así en un futuro.
Recordemos que en los olivares cosechados tradicionalmente la cosecha tiene una gran incidencia de alrededor del 50% del valor total del producto y casi el 80% de la mano de obra necesaria para el cultivo.
No podemos perder de vista los objetivos buscados, que son la obtención de un producto de calidad, seguridad en el trabajo, disminución de costos y obtención de beneficios.
Fuente: www.losandes.com.ar
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