01 Mar En qué quedamos, ¿son buenos o no los antioxidantes?
Cuando destacamos las propiedades saludables de los aceites de oliva vírgenes o, de otros alimentos, resaltamos las propiedades antioxidantes de algunos de sus componentes. Las moléculas antioxidantes se pusieron de moda hace ya algún tiempo, convirtiéndose, para algunos, en el remedio mágico que prometían prevenir o curarlo todo. No obstante, cada cierto tiempo, se publican noticias que hacen referencia a que no son tan buenos como se pensaba, incluso, que podrían ser perjudiciales. En qué quedamos, ¿son buenos o malos los antioxidantes?
Las vitaminas A, E o C; los polifenoles; el beta-caroteno; el escualeno y otros muchos, son antioxidantes presentes en diversos alimentos y que, nos protegen del estrés oxidativo y de los efectos de los radicales libres. Estos últimos, son capaces de dañar los lípidos, proteínas y ADN de nuestras células y, esto propicia el desarrollo de, entre otras, enfermedades cardiovasculares, enfermedad de Alzheimer, cáncer, etc. Por consiguiente, todo hace pensar que, si neutralizamos los radicales libres con antioxidantes, obtendremos un efecto muy beneficioso para nuestra salud. Efectivamente, son muy numerosas las evidencias que demuestran en ensayos de laboratorio que estas sustancias tienen efectos muy positivos. ¿Cómo aprovechar entonces de forma óptima este potencial en beneficio de nuestra salud?
La fórmula que se ha utilizado de forma profusa para un consumo fácil y accesible es la de aislar estos componentes, e introducirlos en una cápsula, bien como componentes únicos o junto a otros. La idea es bien simple, si se han demostrado estas acciones en laboratorio, introducimos una cantidad generosa de antioxidante en la cápsula y cualquiera puede tener a su disposición estos componentes en cantidades altas para, supuestamente, mejorar su salud. Pero, ¿realmente esto es así?
La respuesta es rotundamente, NO. Todo es algo más complejo y por ello me gustaría aportar algunos conceptos simples que aclaren este lío. Lo primero que tengo que dejar claro es que, estos componentes antioxidantes se encuentran naturalmente presentes en ciertos alimentos y, poseen unas propiedades muy beneficiosas para la salud. Por tanto, su consumo es aconsejable si quiere mantener un estado de salud óptimo. Una vez que ha quedado claro este punto, hay dos cuestiones que me gustaría tratar por su alcance: (1) ¿qué cantidad tengo que ingerir de ellos?, pues podríamos pensar que a mayor cantidad ingerida, mayores beneficios y; (2) ¿Los tomamos en forma de suplementos dietéticos (pastilla/cápsula) o, en su contexto natural, es decir, a través de alimentos ricos en ellos?
Llegamos a los puntos claves de este asunto. La cantidad es un asunto crítico en este caso, de tal forma que, en cantidades pequeñas, estos compuestos son antioxidantes pero, en cantidades más altas, se pueden comportar justo de forma opuesta, es decir, como prooxidantes. Desde hace bastantes años, tenemos evidencias científicas obtenidas en ensayos controlados en humanos, de estos efectos perjudiciales. En ellos se demuestran que, no es aconsejable ingerir alegremente suplementos dietéticos de estos componentes. Por poner algún ejemplo, se han realizado ensayos en los que se administraban a humanos suplementos de vitamina E o de beta-caroteno, y los resultados obtenidos demuestran fehacientemente que es contraproducente esta forma de administrarlos pues, empeoraban su salud de forma significativa. Esto nos da pie a comentar el segundo de los aspectos a tratar. La mejor forma de ingerir estos compuestos con características antioxidantes es a través de alimentos ricos en ellos, de esta forma, los consumimos en las cantidades adecuadas. Además, en estos alimentos se encuentran numerosos componentes diferentes con características antioxidantes y, está ampliamente demostrado que, la acción sinérgica de todos ellos, nos aporta muchas más ventajas que la acción de uno solo de ellos.
Como colofón decir que, los antioxidantes son buenos para nuestra salud siempre que se consuman en las cantidades adecuadas; que la mejor forma de aprovechar sus virtudes es consumir alimentos ricos en estos compuestos y, por último; evite ingerirlos en forma de pastilla o cápsulas, con la excepción de si han sido recetados por su médico.
Recuerde que la típica dieta Mediterránea es muy rica en alimentos que, en su composición se encuentran estos compuestos antioxidantes, siendo uno de los más representativos el aceite de oliva virgen. Cuide su alimentación, no necesitará suplementos dietéticos y su salud saldrá beneficiada.
Fuente: Aula del Aceite. Profesor J. Gaforio
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