27 Ene El origen de la Xylella en el olivar italiano: error o intencionalidad
Una de las enfermedades más peligrosas y preocupantes en el sector del olivar de toda Europa, y sobre todo en Italia, la Xylella Fastidiosa, sigue siendo motivo de debate y de nuevos problemas para la justicia y la industria olivarera.
Hace unos días, según destaca la publicación francesa SciencesetAvenir, ha vuelto a estallar otro nuevo escándalo con la acusación de nueve investigadores del Instituto de Protección Fitosanitaria de Bari y el jefe de los servicios regionales del Ministerio italiano de Agricultura por parte de la fiscal de Lecce, Elsa Valeria Mignone.
El problema no es nimio. A todos ellos se les acusa de introducir, accidentalmente o no, la bacteria Xylella a la localidad italiana de Puglia, en octubre de 2013, curiosamente donde fue oficialmente detectada esta plaga que ha asolado gran parte del olivar italino. Las acusaciones por parte de la fiscal se resumen en: “la difusión de una enfermedad de las plantas, la presentación de información falsa, la contaminación ambiental y la destrucción de notables paisajes”.
En base a la tesis defendida por el Tribunal de Lecce, la entrada de dicha bacteria pudo tener lugar en el 2010, coincidiendo con un taller interno que se celebró en el Instituto de Protección Fitosanitaria. Los investigadores introdujeron en el medio natural ‘de forma accidental o deliberada’ una cepa de Xylella que habían importado de Costa Rica para su estudio. Esta acusación, avalada por asociaciones locales y ONG ambientales, fue negada en principio por Donato Boscia, director del Instituto. Alegó que la cepa estudiada por el laboratorio era diferente, en concreto la X.pauca, una subespecie de la anterior, hallada en los olivos de Apulia.
La fiscal de Lecce, Elsa Valeria Mignone, va más allá afirmando en una entrevista con la publicación italiana Famiglia Cristiana en marzo del pasado año, que “el Instituto goza de absoluta inmunidad judicial”. “La masacre de los olivares abre nuevas oportunidades para construir edificios ilegales o la instalación de explotaciones de paneles solares financiados por el crimen organizado”, publica SciencesetAvenir.
Fuente: Olimerca
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