04 Sep Cabañuelas para el nuevo año hidrológico
La Semana Santa del año que viene, que se celebrará entre el 7 y el 16 de abril, tiene todas las papeletas para estar pasada por agua. Así se desprende, al menos, del pronóstico elaborado por el cabañuelista quesadeño Alfonso Cuenca, que señala, precisamente, los meses de marzo y abril como los más lluviosos dentro del marco de un 2017 que promete escasas precipitaciones.
Cuenca afirma que el nuevo año hidrológico llegará con “sorpresas” en cuanto al tiempo y remite al transcurso de los meses su descubrimiento. En sus inicios, este ya inminente septiembre, las cabañuelas apuestan por una situación meteorológica estable, con sol y nubosidad variable que, eso sí, puede ser tormentosa la segunda semana. Un pronóstico que varía para octubre.
Este procedimiento de predicción típico del campo se realiza durante las tres primeras semanas de agosto. A partir del día 1 de agosto se anotan las observaciones realizadas, con el objetivo de llevar a cabo la predicción. “A mí me enseñó mi abuelo materno. Luego, he ido estudiando y perfeccionando la técnica”, asegura Alfonso Cuenca, quien presume de haber “clavado” las cabañuelas de este año “salvo por un par de cosillas”. “Esto no es una ciencia exacta”, aclara.
Hay muchos factores determinantes que observar para predecir el tiempo que va a hacer a largo plazo. El viento, las nubes, la humedad, los animales, las plantas, los insectos y hasta el propio cuerpo del cabañuelista son instrumentos de predicción meteorológica. Alfonso Cuenca explica que este método consiste en que hay que fijarse en el tiempo que hace durante las mañanas del mes de agosto. Los primeros doce días representan los siguientes doce meses; y del día 12 al 24 de agosto se contemplan las “cabañuelas de retorno”, que junto a los datos recogidos en las primeras semanas consolidan las predicciones.
Alfonso Cuenca asegura que las cabañuelas no están reñidas con las predicciones meteorológicas actuales. “Con los conocimientos de unos y de otros se puede predecir mucho mejor el tiempo, y así anticiparse a los fenómenos atmosféricos que hay, y prevenir muchas catástrofes que hoy en día se producen”, explican. Este vecino de Quesada piensa que sus cábalas ayudan a mucha gente, sobre todo a los agricultores, que pueden hacerse una idea sobre cómo irá su cosecha. Hay quien, incluso, planifica la temporada conforme a estas predicciones, a veces hechas con admirable atino y, otras, con no tanto acierto: “Siempre puede haber errores y lo que yo trato es de aprender para corregirlos en los años siguientes y que no se produzcan”, concluye Alfonso Cuenca.
Fuente: Del blog de Alfonso Cuenca
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