El número de plagas que pueden afectar al olivar es muy elevado. En este apartado se presentan de forma resumida aquéllas que están consideradas como las de mayor importancia en España. Información más completa en relación con este tema puede ser encontrada en la bibliografía que se relaciona.
1. MOSCA DEL OLIVO La mosca o gusano de las aceitunas es la plaga más importante del olivar en la zona mediterránea, y está causada por un insecto díptero denominado Bactrocera oleae Generalmente pasa el invierno en estado de pupa enterrada en el suelo. Los adultos procedentes de estas pupas invernantes aparecen en primavera y pueden recorrer grandes distancias, lo que explica la facilidad de su dispersión a nuevas zonas. Tras la fecundación, la hembra busca las aceitunas más adecuadas para depositar los huevos, seleccionando preferentemente los frutos sanos y más desarrollados, con lo que las últimas generaciones utilizan los frutos más retrasados y las larvas evolucionan de forma acorde con la maduración de las aceitunas.
Las hembras realizan normalmente una sola puesta por fruto con una picadura muy característica, y cambian de aceituna para hacer la siguiente puesta, pudiendo llegar a hacer más de 750 puestas a lo largo de su vida. Después de un periodo de incubación nacen las larvas que se alimentan de la pulpa de la aceituna, fabricando galerías que se van ensanchando a medida que aumenta el tamaño de las larvas. Las larvas se transforman en pupas en el interior del fruto y, pasado un tiempo, emergen los adultos que darán lugar a una segunda generación. El número de generaciones suele ser de tres a cuatro, siendo la última la más importante. Los daños pueden ser directos, que son los ocasionados por las larvas al alimentarse de los frutos, con disminución de la producción, pérdidas de peso y caída del fruto, o indirectos, por pérdida de calidad de los aceites producidos y pérdida del valor comercial en el caso de la aceituna de mesa.
2. PRAYS El prays o polilla del olivo es una plaga causada por un insecto lepidóptero denominado Prays oleae, que está extendido por toda la cuenca mediterránea, atacando fundamentalmente al olivo. En general, los daños que ocasiona son más espectaculares que reales. Este insecto tiene tres generaciones anuales que están sincronizadas con la evolución del cultivo. La generación filófaga pone los huevos en octubre o noviembre, en el haz de las hojas y próximos al nervio central. Las larvas recién nacidas penetran en el interior de las hojas realizando galerías estrechas y sinuosas, y de esta forma suelen pasar el invierno. En febrero o marzo las larvas salen al exterior y se alimentan del envés de las hojas o de las yemas terminales de los brotes, poniendo finalmente un capullo sedoso en el envés de la hoja de donde aparecerá la mariposa hacia el mes de abril. La generación antófaga realiza la puesta en el cáliz de los botones florales todavía cerrados. Las larvas se alimentan de la flor al salir y, al final de su desarrollo, se transforman en crisálidas en el interior de las flores secas. La generación carpófaga, que suele ser la más dañina, hace la puesta en el fruto recién cuajado, y las larvas recién avivadas penetran en el interior del fruto directamente por la inserción del pedúnculo, pudiendo originar la caída de los frutos. Estas larvas se alimentan de la almendra del hueso y, al salir al exterior, producen una caída más importante (caída de San Miguel) y se entierran en el suelo para entrar en periodo de crisalidación.
3. COCHINILLAS Hay varias especies que pueden afectar al olivo, siendo la más importante y extendida la cochinilla de la tizne,Saissetia oleae. Otras, como parlatoria o cochinilla violeta (Parlatoria oleae) y serpeta (Lepidosaphes ulmi), aunque pueden causar daños importantes, tienen una distribución geográfica mucho más limitada. Las poblaciones de cochinilla de la tizne en nuestras zonas de cultivo están formadas casi exclusivamente por hembras que se reproducen por partenogénesis, es decir, no necesitan que el macho las fecunde. Pasan el invierno en estado de larva y ninfa, y al llegar la primavera se observan los primeros adultos que comienzan la puesta en mayo. Tienen una generación anual completa, y solo esporádicamente pueden presentar una segunda generación incompleta. Los daños directos de la cochinilla son reducidos, y se limitan a la succión de la savia con el consiguiente debilitamiento de los olivos. Los daños indirectos se deben a que excretan sustancias azucaradas que impregnan el olivo y sirven de alimento a la negrilla, que se extiende recubriendo los tejidos vegetales con la subsiguiente disminución en su capacidad de fotosíntesis y en la respiración.
4. ABICHADO El abichado o agusanado del olivo, causado por el insecto lepidóptero Euzophera pingüis, se encuentra presente en todo el área mediterránea. La importancia de esta plaga se está incrementando notablemente en el olivar, revistiendo mayor gravedad en las nuevas plantaciones. Presenta dos generaciones al año, que se solapan de forma que las mariposas pueden vivir alrededor de diez meses y las larvas están presentes todo el año, pasando el invierno en galerías excavadas debajo de la corteza de las que saldrán los primeros adultos en febrero. Las hembras adultas ponen los huevos en heridas, uniones de injerto, bifurcaciones de las ramas principales, etc., por las que las larvas recién nacidas penetran fácilmente haciendo galerías entre la corteza y la madera, que pueden causar daños muy graves por la muerte de las ramas e incluso del árbol. El control es muy difícil, ya que los insecticidas tienen que penetrar dentro de la corteza, hasta llegar a las galerías.
5. BARRENILLO El barrenillo o palomilla del olivo está ocasionado por un insecto coleóptero denominado Phloeotribus scarabaeoides, que afecta casi exclusivamente al olivar. Además de esta especie, también ataca al olivo el barrenillo negro, Hylesinus oleiperda, si bien la primera especie es la más grave y extendida. Generalmente inverna en estado adulto, en galerías excavadas en las axilas de ramas, yemas, hojas y pedúnculos de frutos. Al final del invierno, coincidiendo con las podas, realizan la puesta en la madera recién cortada. Al hacer las galerías de puesta, el serrín queda adherido al orificio de entrada.
Después de un periodo de incubación salen las larvas, que excavan galerías en las que pasan los diferentes estados larvarios hasta que los nuevos adultos perforan una salida en la corteza que queda limpia, sin serrín, y vuelan hacia los olivos cercanos, donde perforan las galerías nutricias en las axilas de las ramas. Los daños ocasionados pueden llegar a ser importantes debido al debilitamiento del árbol e incluso a la caída de los órganos atacados, y también al hecho de que se facilita el desarrollo de otras plagas como el arañuelo y la tuberculosis.
6. GLIFODES El glifodes o polilla del jazmín es un lepidóptero polífago, Margaronia unionalis, que se encuentra en zonas tropicales y subtropicales de todo el mundo, atacando, además del olivo, al jazmín, aligustre, lila y madroño. Esta plaga pasa el invierno en forma de larva, y los primeros adultos aparecen en marzo y abril. De los huevos puestos sobre las hojas nacen las larvas, que se alimentan de dichas hojas dejando sólo la nervadura central. Las larvas crisalidan entre las hojas, que quedan enrolladas, y los adultos emergen tras un tiempo variable. El número de generaciones en nuestras condiciones suele ser de dos, aunque puede llegar hasta seis según la climatología de la zona. Los daños producidos por las larvas al alimentarse de hojas y frutos pueden llegar a ser considerables en viveros y plantaciones jóvenes.
7. OTIORRINCO El otiorrinco (Othiorrhynchus cribricollis) es un insecto coleóptero distribuido por todos los países de la cuenca mediterránea y además se ha observado su presencia en California (EEUU), Nueva Zelanda y Australia. Presentan una generación al año. El adulto se alimenta de hojas tiernas (varetas y brotes) produciendo unas escotaduras características que pueden incluso afectar al nervio principal. Pueden llegar a morder y tronchar los brotes y destruir las yemas. Afecta principalmente a los árboles en formación pero si hay grandes poblaciones pueden producir daños apreciables en árboles en producción, sobre todo en olivar joven e intensivo. Presenta una generación al año. La mayoría de los adultos aparecen mayo-junio alimentándose por la noche de las hojas de las varetas o chupones, brotes, etc., refugiándose durante día en as proximidades del cuello del árbol, debajo de piedras, cortezas, grietas, etc. Ocasiona Al subir las temperaturas, se guarecen en el interior del suelo. Con las primeras lluvias de septiembre, las hembras realizan la puesta de huevos enterrados en el suelo. Las larvas en el interior del suelo, se alimentan de raíces finas de plantas herbáceas y también de raicillas del olivo. En abril, empiezan a observarse las primeras pupas encerradas enn cápsulas y a 10-40 cm de profundidad. Se estima que el daño ocasionado por las larvas es pequeño.
8. GUSANOS BLANCOS Dentro del complejo de los gusanos blancos del olivar, Melalonta (Melolontha papposa) es la especie de mayor tamaño y generalmente la más extendida. El adulto es un escarabajo de color marrón-tabaco, de 3 cm de longitud. La hembra es pesada y presenta el abdomen abultado, lo que la incapacita para el vuelo. Los adultos emergen durante el mes de marzo y la primera mitad de abril. En su salida al exterior dejan bien marcados en el suelo orificios circulares de 1-1,5 cm de diámetro. El nacimiento de las larvas se produce a principios de junio, éstas se dirigen con prontitud a raíces finas y tiernas superficiales. La duración de esta fase larvaria se estima en tres años. Los daños son producidos exclusivamente por las larvas, las cuales muestran gran voracidad y apetencia por las raíces del olivo. En plantaciones jóvenes llegan a inutilizar completamente el sistema radicular, provocando la muerte del árbol. Los daños se limitan a los suelos muy arenosos, localizándose a menudo en los rodales con dicha textura y sin extenderse al resto de la parcela.
Otros gusanos blancos (Ceramida spp.). Los adultos presentan cierta variabilidad morfológica según la zona o incluso foco del que procedan. Su tamaño oscila entre 1.6 y 1.9 cm de longitud. Las larvas, blancas y bastante estilizadas, alcanzan los 4 cm en su máximo desarrollo. Las hembras fecundadas aguardan enterradas hasta la primavera para efectuar la puesta. La nascencia tiene lugar durante el mes de mayo y las larvas neonatas se dirigen progresivamente a las raicillas finas para alimentarse. Los hábitos de los adultos hacen muy difícil la lucha contra ellos, debiendo actuarse contra las larvas. La carencia de plantas espontáneas durante gran parte del año, hace que las larvas se alimenten con exclusividad de las raíces del olivo y originan unos daños en el sistema radicular proporcionales al nivel de la población. En casos extremos llegan a provocar la muerte del árbol.
9.ALGODONCILLO El algodoncillo del olivo (Euphyllura olivina es un psílido de color verdoso, de unos 2-3 mm, con las alas replegadas en tejadillo cuando está en reposo. Las ninfas son globosas, llegando a medir algo más de 1 mm. Su color inicial es amarillento virando a pardo, pero no son fáciles de ver por estar recubiertas de una sustancia algodonosa, cérea, de color blanquecino, de la que reciben el nombre común. Los adultos invernan refugiados en la base de las ramitas y yemas axilares. Al inicio de la primavera, coincidiendo con la brotación del olivo, las hembras depositan los huevos en los brotes en crecimiento. Las ninfas que de ellos nacen se alimentan succionando la savia elaborada y al ir emitiendo los filamentos sedosos forman densas colonias. Los daños directos que producen suelen ser muy reducidos, debiéndose a la succión de la savia. Cuando las poblaciones son muy altas el desarrollo de los brotes se puede ver reducido y en el caso de ataque a las inflorescencias pueden producirse abortos florales. Existe un daño indirecto debido a la melaza que producen y a la negrilla que sobre ella se asienta, reduciendo la fotosíntesis y manchando el fruto. Los síntomas son más alarmantes que preocupantes por lo que raramente hay que intervenir.
10. ACARIOSIS La acariosis o sarna es causada por un ácaro, Aceria oleae, de tamaño muy pequeño, que puede llegar a producir daños de cierta consideración en viveros y olivares jóvenes. Los síntomas se manifiestan preferentemente en las hojas tiernas como deformaciones o hinchazones de color verde más claro de lo normal, que puede llegar a ser amarillento. En caso de poblaciones de ácaros elevadas, se pueden observar también ataques a las yemas terminales, abortos florales y deformaciones en los frutos pequeños.
BIBLIOGRAFÍA Alvarado, M., Civantos, M., Durán, J.M. 1999. Plagas. Pp. 415-475 en: El Cultivo del Olivo. Ed. Mundi-Prensa. 701 pp.